sábado, 26 de febrero de 2011
miércoles, 23 de febrero de 2011
UNIRNOS POR LA CAUSA DE PICHIHUA
PARA LOS PICHIHUINOS DE BUEN CORAZON.
UNIRNOS POR LA CAUSA DE PICHIHUA
Escribe: Adani Jovaldino.La más grande felicidad que podemos alcanzar en la vida, es sirviendo a nuestro pueblo de todo corazón, de manera desinteresada en un justo y correcto estilo de trabajo.
Si buena salud nos acompaña hasta hoy, incluso de hecho con serias limitaciones porque no todos la gozamos de una buena salud, la mejor forma que hacemos es unirnos por la causa de Pichihua, no obstante nos cueste un enorme sacrificio. Y cuando hablamos de Pichihua es también hablar de nuestro siempre querido Distrito de Justo Apu Sahuaraura.
Con cuanta alegría y dulzura nos sentimos el haber nacido en este hermoso y maravilloso lugar que es la madre Pichihua, tierra Santa, universo de hermosas estrellas, sus campos floridos como el valle de mi corazón. Su cielo límpido como el manto divino, su mirar de amores como la luna nueva. ¡Que hermosa es nuestra tierra! En nuestros ojos sonríe dulcemente, en nuestro corazón palpita tibia y calurosa. La hermosa tierra de Pichihua, tierra de amores profundos y sentimientos universales, esa es nuestra madre tierra “Pichihua Querido, Por Siempre Amado”.
Hoy más que nunca, cada uno de nosotros en cualquier lugar que estuviéramos, hagamos un firme y valiente compromiso de servir a nuestro pueblo de todo corazón. Cada uno de nosotros debemos aportar lo necesario y suficiente, por supuesto, unos más que otros. El aporte de cualquier lugar, incluso de los que están en otro país, debe ser centralizado y puesto en conocimiento de la amplia mayoría. Todo aporte por una buena causa, en este caso cuando se trata por Pichihua y el Distrito, será bienvenido. Una centralización colectiva es mejor, eso es pensar en unidad. Y la unidad de Pichihua y el Distrito es uno solo. Estando en Lima, en el extranjero o viviendo en el mismo Pichihua, somos una sola unidad. El colectivo, la unidad, tiene un alto peso de mucho valor. Todos como una sola familia, conjugamos y expresamos una sola unidad. Lima y Pichihua es uno solo. Y cada vez más debemos elevar una más alta unidad. Si así todos vemos y pensamos a fondo, entonces es sumamente necesario y vital trabajar juntos como hermanos por nuestra siempre querida tierra santa. Más, decimos, todo lo que no sirve a la unidad debe ser desechado, extirpado de raíz. Precisamente, el mal que tenemos es que no estamos trabajando como corresponde por la unidad de nuestro pueblo en su conjunto. Hay que desarrollar más trabajo por mantener nuestra bella unidad. En verdad, la unidad es lo que nos hace fuertes, no es el individuo que hace la historia, el pellejo de uno no sirve ni para hacer un bombo, tambor y menos para hacer una tinya. No adoramos a individuos que dicen “yo, yo”, inflan su pecho de creerse el más más. Se creen de sabiondos. El colectivo hace la historia, las masas hacen la historia. El colectivo es la gran familia, en eso hay que pensar y valorar al mismo tiempo.
Hoy decimos con justa razón: “Unirnos Por La Causa De Pichihua”.
Hay quienes se suman a esta finalidad, compartimos infinitas alegrías. Hay otros que se oponen a esta meta, solo están de espectadores, otros se esfuesrzan por buscar los errores nuestros, así para cuestionar todos los trabajos que venimos avanzando en buena cuenta. Así en unos falta el amor y sentimiento por su tierra natal, en otros casos, porque tienen alma negra y cabeza podrida, tienen ceguera sinil.
Hoy más que nunca, vemos la necesidad de trabajar en forma unida, con las autoridades del distrito, comenzando con el alcalde, con el presidente de la comunidad; por otro lado, con los dirigentes de la Prestigiosa Institución de la "Asociación Cultural Centro Social Pichihua y Anexos". Esta forma de trabajar es la mejor estrategia para ir resolviendo los problemas tangibles que son materia de pronta y urgente solución.
Todas las transformaciones en el mundo se han hecho con las manos milagrosas de las amplias masas. Son realidades a las que hay que aceptar, coger esos ejemplos para aplicar a nuestra propia realidad. De ninguna manera, no es bueno quedarse con la enfermedad de la ceguera, ya es hora de quitarse el velo, ponerse a trabajar en forma unida.
Algunos ya han leído este documento que dice:
1. Lograr Nuestra más Alta Unidad con Principios Definidos.
“La unidad hace la fuerza”. Es verdad que unidos somos fuertes, solos no somos nada. Unidos como un solo puño, podemos hacer grandes transformaciones. Como dijera un poeta: “…Uno es como ninguno, pobre de aquel hombre que está solo/ninguna batalla ganará / todo aquel que posee una fuerza mayor, será su señor. Uno solo, no puede levantar ni una simple viga de madera, menos construir un edificio de de 5 pisos…”
(Del documento “Los Hijos de Pichihua”).
Tómese la vital importancia sobre el papel de la unidad. Es insoslayable. El dirigente que no valora estos principios de “Unidad” termina estrellándose de cara.
Así, la historia de Pichihua nos va juzgar a cada uno de nosotros. Hoy estamos llamados a escuchar el grito de emergencia de Pichihua, pues, la tierra donde hemos nacido es como nuestra segunda madre, por lo tanto, jamás podemos olvidar. Cada uno tenemos valor, todos podemos aportar y muy bien; tanto varones, mujeres, ancianos y niños. De igual forma, los hijos de los Pichihuinos nacidos en Lima o en otras ciudades, también están invitados a trabajar por la tierra de sus padres. Hay ejemplo de algunos conocidos que ya lo vienen haciendo. Esperamos que otros hijos de padres Pichihuinos, también, sigan este mismo ejemplo con mayor razón.
Veamos cómo es la casa de Pichihua? es una bella construcción en la que cada hijo ha aportado desde su fundación hasta nuestros días. Cada uno somos como material de construcción que no todos se ven, cierto que otros están a la vista, otros en cambio están en el interior y no se ven, pero ahí están cumpliendo cada material su papel que le corresponde, ya sea estando en la base, en la pared, en el umbral, en el techo…ya sea como arena, piedra, barro, adobe, madera, cemento, Etc. Así somos cada uno nosotros, cumpliendo el papel que nos toca cumplir por nuestro Pichihua. Así vemos con exacta claridad, que no todos van a valorar lo que cada uno venimos aportamos por Pichihua y el distrito. Más decimos, nuestro pueblo es el Dios mismo, a la que tenemos que tener alto y maximo respeto. Ahí está el tribunal supremo que nos va a juzgar a cada uno de nosotros. De esta justicia divina de nustro pueblo, no nos vamos a escapar. Así que manos a la obra hermanos y hermnas pichihuinos (as), trabajemos por nuestra Tierra Santa de dulces esperanzas, tierra nuestra de brillante futuro.
Lima, 8 de enero de 2011.
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